Muchas veces los temores o situaciones que se han cerrado mal te dejan ese sabor de boca sulfatado. Algo así como: aunque las cosas no están mal y sabes que ni tus temores son reales ni los cierres a medias implican que no debías hacerlos, quedas con un fragmento de tu ánimo atorado y pareciera que no puedes seguir.
Es una inconformidad parecida a cuando no compras la talla exacta de la ropa porque te apresuraste, te dio miedo no aprovechar la rebaja o te inventaste la urgencia de que necesitas algo para sentirte bien.
Está situación que quedó fuera de los estándares de bienestar emocional que manejas, es esa medida que no queda al cuerpo y la cual te hace sentir bien.
Los temores y aquello que no ha sido atinadamente resuelto no nos quedan al cuerpo mental y emocional.
Hoy envía amor a estas situaciones porque es la verdadera posibilidad de restauración del orden y la armonía que quedó desbalanceado. De esta manera empiezas a sanar todo en un plano espiritual-energético, tu mente suelta la creencia que haya quedado y tus emociones también pueden experimentar cambios positivos necesarios para crear tu realidad saludable.
Envía amor a tus temores:
Sentimientos de prisa, de ansiedad por creer que el ritmo debe ser diferente.
Angustia porque tu mente se dispara al futuro…
Pensamientos negativos, catastróficos, desconfianza, dudas o ideas que están en un bucle
Relaciones sociales que se vieron afectadas por miedos, temores, malos entendidos, reacciones emocionales con base a heridas, sentimientos de invalidación o rechazo…
Separación de personas por causas que no puedes entender, desconoces o te han tomado por sorpresa.
Envía amor para sanar y componer en la trama del universo las heridas o imperfecciones generadas por los miedos, el ego o las heridas que actúan por sí solas.
Agradece al Universo la riqueza de poder ser más consciente cada día.
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