Lo que no se aprende, se repite
¿Te has preguntado por qué te pasa esto o aquello? ¿Te preguntas a menudo por qué se repite una y otra vez determinada situación en tu vida?
Son buenas preguntas, pero incompletas. Lo más importante para conocernos es preguntarnos correctamente, precisamente y con el mayor enfoque. Las preguntas simples y trascedentes requieren de una gran concentración de tu parte; esto significa que tengas interés y voluntad de llegar a tu máximo de conocimiento.
Frecuentemente te preguntas por qué te suceden las cosas que te suceden, te das cuenta que se repiten cíclicamente en tu vida y, sin embargo, esperas que algo externo a ti ponga orden mágicamente a la trama de tu vida y comience a corregirse el rumbo.
Ahora bien, te pregunto: ¿tu no intervienes en tu vida? ¿tu no tienes participación en tu propia vida? ¿tu vida la manejan las circunstancias?
Esto es así cuando tu concentración ha quedado en manos de los hechos, tu atención está fuera de de ti y todo lo que vives lo percibes con más poder tu misma/o, una amenaza.
Atención a la repetición
Frente a esto es muy importante que puedas poner atención a estas situaciones que hoy te desafían (por decirlo de una forma menos dramática), tu pongas todo tu enfoque, atención y concentración en realizar un mapa concienzudo de tu vida.
- ¿Qué se repite?
- ¿Qué sientes y piensas antes, durante y luego de estos eventos?
- ¿Cómo se comporta tu cuerpo antes y durante este evento?
- ¿Qué cuestiones de tu pasado se relacionan con estas repeticiones? Por ej. aprendizajes infantiles, situaciones que detonaron la repetición (un miedo repentino, un trauma, etc.)
- ¿Por qué te resistes a aprender de estos eventos?
- ¿Qué es lo que te niegas a aceptar o perdonar cuando estos acontecimientos surgen en tu vida?
- ¿Con qué ilusión o fantasía crees que este evento se superará?
- ¿Qué es lo que tienes que aprender y quizás en este momento no estés dándote cuenta?
Pregúntate y medita. Sobre todo el último punto de esta lista de preguntas. Pregúntate y medita. Concéntrate en desmenuzar el proceso de aprendizaje que debería y fluir y que -sin embargo- inconscientemente se interrumpe y tu vuelves a repetir.
Es totalmente cierto que lo que no aprendemos vuelve a repetirse.
Todos tenemos un propósito en esta vida, todos tenemos lecciones que, si las aprendemos, evolucionamos. Estas lecciones son los propios pasos en el camino de la transformación. La lógica es que nacemos para irnos mejores, no peores y que los desafíos de esta vida no son para hacernos sufrir, sino para permitirnos evolucionar, transformarnos positivamente y trascender.
Ejercita esta práctica para hacer consciente tus verdaderos y profundos cambios. Tu puedes tomar tu vida y conducirla “atentamente” en una buena dirección.
Con amor, Julio.
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